domingo, 20 de diciembre de 2015

A la eternidad

Tengo mil años por desperdiciar y una cartera llena de margaritas secas, no espero que me lleves de viaje a Saturno, tan solo que vengas a despedirme a la estación (espacial o no) y que me mires a los ojos cuando diga adiós.  Me presento voluntaria para vigilar a los hijos del mañana desde la critica del de hoy, para salir un domingo a pescar sorpresas y cazar olvidos, para atrapar caracoles furtivos en el pico de una montaña desconocida. Voy a enseñarle retórica a las mariposas mientras espero a que aparezcas y me lleves al baile de huellas invisibles, y seamos todo luz y anonimato . He apagado las luces de mi habitación para aprender a ver en la oscuridad, he conseguido ver sombras donde antes no las había, a oler pensamientos y a sentir miradas ajenas. He preparado un baño de lavanda, sin agua, he mantenido cientos de conversaciones mirándome desnuda en un espejo, nunca estoy de acuerdo conmigo misma. Me he encerrado en una caja atada con luces de neón, y me las he comido todas, para brillas por dentro. He desperdiciado mil años, y aún me quedan mil más.

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