domingo, 29 de noviembre de 2015

La nieve siempre cae en un suspiro

La nieve siempre cae en un suspiro, helando corazones y mejillas de extraños que se sienten especiales en una noche como otra cualquiera. Una sonrisa cubierta de hielo siempre se posterga más en el recuerdo. Viejos y olvidados cajones de fotos oscuras y tormentas de flashes se abren a tus ojos de escarcha, mostrando la belleza del olvido y la lluvia de estrellas de las lágrimas pasadas.
Siempre sueñas con bailes a la luz de una llama infinita, pero sueles recordar el frío, que una noche de nevada interminable se implantó en tu corazón. Entonces destrozas los cajones olvidados y robas las fotos oscuras, que caen en la nieve esponjosa, y tú miras desde una ventana, como la espuma blanca abraza los últimos vestigios de lucidez, esperando que esa marea arranque la toxicidad que hay dentro de ti, y deseando que en algún lugar, alguien se sienta especial en una noche cualquiera. 


No sé, pero te necesito

"No sé, pero te necesito".

Nadie pondrá su chaqueta sobre mis hombros
ahora que el invierno ha llegado,
té ardiendo quema mi garganta
el dolor que me hacía sentir se ha condensado.

Seguirás usando esas metáforas cuando hablas
tan complicadas de entender,
aún más que mantener la cordura cuando sonríes
O pienso en ti sin querer.

No sé si te necesito,
ni siquiera sé quien eres,
son los estragos de la soledad
que provocan no saber lo que quieres.

Nadie sabrá arreglar el puzzle incompleto
que se ha creado en mi cabeza,
no voy a obligarte a intentarlo
pero tienes las piezas sobre la mesa.

Seguiré hablando sobre temas intrascendentes
que me tienen soñando despierta,
Que débil se ha vuelto mi corazón últimamente
tal vez debería estar alerta.

No sé si te necesito
o me necesito a mi misma,
son los estragos de la tristeza
que destruyen lo que te quedaba de carisma.

Seguiremos teniendo miedo a lo que se acerca
como si estuviera controlado
Si es tan horrible como creemos
te cantaré lo que gustaría morir a tu lado.

Tal vez necesito necesitarte
o necesitar algo que no tenga
son los estragos de tener corazón
pierdes la cabeza y no hay quien lo detenga.

Aportación: Anónimx   

2ª Persona del Condicional eter(no)

2°Persona del Condicional eter(no)

Podría hacer tantas cosas que nunca hago

Podría escribirte todas mis manías en un papel
Y regalártelas
Podría
O tal vez podría no hacerlo

Intentar creerte cuando dices que no te voy a perder
Aunque por perder pierdo hasta las ganas

Podría decir tantas cosas que nunca pienso

Como que vida hay una y la quiero contigo
Pero los días justos y contados

Podría tomar tantas malas decisiones como copas un sábado

Y decirte al que la sobriedad es sin duda el peor de mis estados

Podría mentirte y escribirte este poema
Mientras digo que es sobre lo que no sentimos 

Podría decirte que no estamos acabados
Pero eso quita la magia del condicional
Y transforma elementos en pasado


Aportación: Anónimxx


miércoles, 25 de noviembre de 2015

Fue ella

"Fue ella"

Fue ella la que rompió los esquemas de tu mente,
como quién rompe vasijas milenarias.
La que llenó los silencios de mariposas y libélulas
que hacían cosquillas en las palabras.
La que apagó el fuego eterno de la esperanza,
dejando una cueva oscura, de la que la vida huye.
La que cambió el suelo por algodón de azúcar,
la que cortó las alas a tu mente cuando amenazaban
con levantar del suelo.
La que se fue.
La que no está.
Y todos tendremos diferentes opiniones sobre ella
pero
ella fue
verbo,
"Ella
fue",
y yo ahora quisiera haber sido.

Explota

Explota


Romper una baraja de cartas es más difícil de lo que parece. Mejor inténtalo con una botella de champán. Si lo has conseguido empieza a descorchar la siguiente, celébralo. Ponte el chaleco rojo, a quién le importa, vive esta noche. Las burbujas en tu sonrisa se reflejan mejor. Increíbles bailes de equilibristas en salones repletos de diamantes. La lluvia de purpurina enciende un zumbido de risas y te confundes con la abeja reina. Los zapatos nunca beneficiaron a nadie, anarquismo de dedos y tobillos. Juegos de manos sinsentido y canciones sin letra atemporales. Los violines en la distancia se confunden con caricias ya olvidadas de manos suaves y seguras, y te dejas acariciar , sabiendo que ese momento llega y se va. La cordura ha huido por el callejón de la inconsciencia, pero nadie la echa de menos. Podemos usar la baraja irrompible cómo pétalos de rosa perfumados, empecemos una guerra de bolas de nieve en el desierto. Las luces de la noche nunca parecieron tan brillantes. Han encendido el foco sobre ti y deseas que su estela no se apague nunca. Alguien te dedica la siguiente canción y tú correspondes con el espectáculo de la libertad, los bailes de la ingravidez y la mueca de la complacencia.  Empecemos todo de nuevo, lleguemos con zapatos y sonrisas remilgadas para volver a explotar. La explosión  ha embotado tus cinco sentidos, y quieres más. Explota. 

Para ellas

Para ellas

   Me he dado cuenta de que mi vida está plagada de ellas, que el pronombre femenino me ha vigilado de cerca toda la vida ( y no solo porque sea el propio de mi sexo) y me acompaña ahora. Pensando ene ello, me doy cuenta de que yo soy la suma de esas ellas, las que estuvieron, las que están y quizá las que estarán. Cada ella ha sido un mundo, cada ella suena de una manera especial, se escribe con letra diferente. Y claro que he tenido ellos, pero mi cuerpo es la luna y todos los cráteres los han hecho ellas, las "la".
   Con algunas ellas comparto ADN, con otras simplemente soy familia. Algunas sabían secretos de felicidad, de historias y de olores mágicos; otras, me enseñaron los lugares oscuros de sus ojos. Me gusta pensar que yo también seré la ella de alguien, y pensará en mí, como yo pienso en las mías, que, aunque intentara evitarlo, duermen todas en un rincón de mi cabeza, y de vez en cuando, algunas con más frecuencia que otras, se deslizan hasta mi corazón y me llenan de nostalgia. Y es que hay ellas que se han ido, algunas dejaron su bandera en la luna y decidieron que era un lugar inhóspito. Hay ellas que siguen aquí, plantando flores donde solo crecen matojos, barriendo el polvo infinito. No podría elegir entre las que se quedaron y las que no, todas fueron mías, o mejor dicho, en mí. A veces pienso que si un ratón más agujerea este queso se vendrá abajo, en una nube de polvo lunar y asteroides secos, si eso tiene algún sentido.
   Dentro, en el sitio de mi cabeza donde duermen, hay un espacio en el que las ellas del pasado y las ellas del presente se juntan, se conocen, se pelean, se ríen y se funden, y en ese trocito de mí hay una hamaca y una radio vieja, para descansar, con ellas. Y la radio está apagada, pero hace falta que esté ahí, para recordarme, para recordarnos, que quiero escucharlas, que estoy ahí con ellas, o ellas conmigo más bien, que están o estuvieron, quizá estarán.
   Puede que vosotros tengáis ellos, los dos o ninguno, pero yo hoy recuerdo a mis ellas, como haré mañana, y como hice ayer, a las ellas que me hicieron "la" y no cualquier" la", un "la" que suena diferente en cada boca, puede ser un silbido, un susurro, un grito, un agudo estridente, y un "la" con vida propia.
  Os recuerdo vivas, alegres, os recuerdo a menos de un centímetro de la felicidad, os recuerdo reposando en una nieve de ternura infinita, os recuero en mí, en mi hamaca de calidez y mi radio apagada, y espero recordarme a mí misma, algún día, como una ella, de las que pueblan vidas, duermen en rinconcitos de mentes astutas y plantan flores en el polvo de estrella.

miércoles, 18 de noviembre de 2015

El vertedero

El nombre lo deja muy claro. Esto es un vertedero, el vertedero. Un lugar donde se tiran las cosas que creemos que ya no queremos, que están viejas, rotas o simplemente nos parecen inútiles. Cosas que ni siquiera sabíamos que teníamos y han sido testigos de nuestra vida sin que fuéramos conscientes, regalos que nuca llegamos a usar, algún recuerdo que no evoca nada. También hay cosas nuevas, cosas que acaban de ser creadas pero consideramos un error, que desde un inicio no queríamos tener con nosotros, cosas que nos parecían bonitas pero no las veíamos en nuestras vidas, cosas que nos hacían sentir extraños. Algunas de estas cosas no son ni viejas ni nuevas, tan solo son cosas que no encajan con nosotros, que desterramos de nuestra vida sin siquiera dedicarles un pensamiento porque las consideramos ajenas, algunas las tiramos porque son demasiado nuestras, y nos dan miedo, nos da miedo que algo tan vulnerable esté al alcance de cualquiera, así que las tiramos y fingimos que a nosotros tampoco nos importa nada, y de vez en cuando, pensamos en ellas y vibramos por dentro.

Estoy segura de que más de una vez habéis visto a alguien recogiendo basura de un vertedero, o de un cubo, esa gente anónima, podrían ser cualquiera. Pues bien, hoy yo soy una de ellas, hoy entro a este vertedero a recoger vuestras cosas viejas rotas, nuevas, inútiles y ajenas. Este vertedero que ya he dicho que era como uno más, pues mentí. Hoy entro en el vertedero, y podría ser cualquiera, incluso una mentirosa. Este es un poco diferente al resto, su finalidad es la misma y, al fin y al cabo, eso es lo que importa. Pero yo no he venido a recoger vuestros objetos materiales, yo he venido a recoger esas cosas que tenéis en un rincón de vosotros, que todos tenemos, y muchas veces no sabemos que hacer con ellas. He venido a recoger todos los pedazos rotos, todas vuestras ideas originales que salieron mal, las que salieron bien y no sabíais qué hacer con ellas, las que no sabéis ni porqué las tuvisteis. En cierto modo, es como si recogiera estrellas o sueños, nunca sé lo que me voy a encontrar, ni siquiera si me voy a encontrar algo, estas cosas, como yo, podrían ser cualquiera.

Por eso, os invito a todos a participar en el vertedero, a llenarlo, a saturar este sitio con ideas e ideales, y, quizá , como en los vertederos reales, otras personas puedan juntar esos retazos de vosotros y crear su propia idea nueva, crear una vida nueva, quién sabe. Os invito a venir, a escribir, a crear, a reinventar, a soñar, el vertedero está abierto para cualquiera.
Podéis tirar ese poema que escribisteis cuando teníais doce años y en cierto modo os hace estar orgullosos de vuestro yo de entonces, podéis tirar ese cuento que escribisteis la semana pasada porque os vino la inspiración pero luego os daba vergüenza mostrar, podéis tirar esa carta que nunca mandasteis, esa historia que dejasteis a medias, ese ensayo que salió mal y acabó sin tener ningún sentido, esa receta que siempre habéis querido compartir y no sabíais con quién, ese vídeo que grabasteis o que montasteis y os pareció tan poco vuestro que se quedó olvidado. O simplemente podéis venir a hacer lo mismo que yo, a recolectar pedazos, a encontrar algo que ni siquiera sabias que querías. Desde luego, no necesitáis dar vuestro nombre al tirar nada en el vertedero, podéis darlo, podéis hacer que la persona que encuentra ese pedazo lea vuestro nombre y os imagine, como ella quiera, porque eso es lo bonito de los desconocidos, al igual que los recolectores, podéis ser cualquier cosa.

Es posible que esto se quede aquí, que no sea más que uno de esos vertederos fantasma y nadie tire nada, pero confío en vuestras mentes ruidosas, en querer dar algo por el simple hecho de que no lo necesitamos, sin buscar reconocimiento alguno, o el querer decir aquí estoy yo y esto es lo que hago, incluso podéis dejar con vuestro retazo una dirección donde tengáis más de lo mismo. Confío en poder convertir esta nada en un sitio en el que se pueda encontrar cualquier cosa que provenga de personas o personajes. Si esto pasa, si el vertedero prospera, pienso ser una recolectora limpia y ordenada y separar esto en secciones, teniendo en cuenta las cosas que tiráis, incluso podríamos hacer sugerencias, un tablón de anuncios de cosas que hacen falta, y que nadie ha tirado aún o semanas temáticas.

Me considero, como cualquier persona que rebusca en los vertederos, alguien que necesita, a veces ni siquiera sé el qué, pero necesito, y sé que mucha gente más lo hace, a veces solo necesitamos, y aquí, me gustaría que todos encontráramos, un poco de esto y un poco de aquello, y que al final, incluso sin saber a que veníamos, nadie se vaya sin nada. Tal vez descubramos que no por estar en un vertedero es basura. Quizá ese es el ejemplo que hay que dar a los vertederos de verdad, o quizá es simplemente que no se lo que estoy buscando.