miércoles, 25 de noviembre de 2015

Para ellas

Para ellas

   Me he dado cuenta de que mi vida está plagada de ellas, que el pronombre femenino me ha vigilado de cerca toda la vida ( y no solo porque sea el propio de mi sexo) y me acompaña ahora. Pensando ene ello, me doy cuenta de que yo soy la suma de esas ellas, las que estuvieron, las que están y quizá las que estarán. Cada ella ha sido un mundo, cada ella suena de una manera especial, se escribe con letra diferente. Y claro que he tenido ellos, pero mi cuerpo es la luna y todos los cráteres los han hecho ellas, las "la".
   Con algunas ellas comparto ADN, con otras simplemente soy familia. Algunas sabían secretos de felicidad, de historias y de olores mágicos; otras, me enseñaron los lugares oscuros de sus ojos. Me gusta pensar que yo también seré la ella de alguien, y pensará en mí, como yo pienso en las mías, que, aunque intentara evitarlo, duermen todas en un rincón de mi cabeza, y de vez en cuando, algunas con más frecuencia que otras, se deslizan hasta mi corazón y me llenan de nostalgia. Y es que hay ellas que se han ido, algunas dejaron su bandera en la luna y decidieron que era un lugar inhóspito. Hay ellas que siguen aquí, plantando flores donde solo crecen matojos, barriendo el polvo infinito. No podría elegir entre las que se quedaron y las que no, todas fueron mías, o mejor dicho, en mí. A veces pienso que si un ratón más agujerea este queso se vendrá abajo, en una nube de polvo lunar y asteroides secos, si eso tiene algún sentido.
   Dentro, en el sitio de mi cabeza donde duermen, hay un espacio en el que las ellas del pasado y las ellas del presente se juntan, se conocen, se pelean, se ríen y se funden, y en ese trocito de mí hay una hamaca y una radio vieja, para descansar, con ellas. Y la radio está apagada, pero hace falta que esté ahí, para recordarme, para recordarnos, que quiero escucharlas, que estoy ahí con ellas, o ellas conmigo más bien, que están o estuvieron, quizá estarán.
   Puede que vosotros tengáis ellos, los dos o ninguno, pero yo hoy recuerdo a mis ellas, como haré mañana, y como hice ayer, a las ellas que me hicieron "la" y no cualquier" la", un "la" que suena diferente en cada boca, puede ser un silbido, un susurro, un grito, un agudo estridente, y un "la" con vida propia.
  Os recuerdo vivas, alegres, os recuerdo a menos de un centímetro de la felicidad, os recuerdo reposando en una nieve de ternura infinita, os recuero en mí, en mi hamaca de calidez y mi radio apagada, y espero recordarme a mí misma, algún día, como una ella, de las que pueblan vidas, duermen en rinconcitos de mentes astutas y plantan flores en el polvo de estrella.

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