miércoles, 13 de enero de 2016

V

Nunca se planteó ayudar a Lucy, cuando la encontró llorado en el baño, tan solo la calmó, la vio bajo la tormenta, y en vez de dejarla pasar para resguardarse, le había dado un paraguas, y al final le había alcanzado un rayo. Nunca se quiso reconocer a si misma que lo que de verdad le daba pánico es que su techo no fuera capaz de cobijarla a ella misma. El día del funeral llenó media libreta de letras vacías, se maravilló de lo poco que podían decir muchas palabras. Puedes usar mil letras y no decir nada, puedes usar una palabra y destruir un mundo, salvar a alguien, empezar algo, o acabarlo.

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