domingo, 3 de enero de 2016

II.


June se consideraba una exploradora, le gustaba observar, su especialidad era la gente que caía. Cuando sus ojos aún no habían visto más de dos mil amaneceres y sus manos aún no alcanzaban al estante de las galletas le preguntó a Beatrice que porqué su madre la había dejado.
-Estaba cayendo.
June se imaginaba a su madre, un rostro sin cara , sin magia, sin vida, cayendo desde el rascacielos más alto de Nueva York  en una noche fría de luna llena. Se preguntaba si su madre también la imaginaría a ella. El día que su cabeza alcanzó la mirilla de la puerta entendió que hay diversas formas de caer, y no hay necesidad de una gran altura para ello. Aprendió a observar, a verlos, la gente que caía.  Quizá alguna vez la observó a ella, a su madre, en su caída, June se la imaginaba planeando suavemente, aunque deseaba que hubiera estallado en mil pedazos al rozar el suelo y hubiera una parte minúscula y rota de ella en cada esquina.

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