domingo, 6 de marzo de 2016

Murió de rutina


Siempre fue una niña de dientes tristes que jamás se asomaron tras una sonrisa por culpa de la vergüenza. Murió de rutina. Su alma latía a un ritmo mucho más rápido que los pasos que habían sido predeterminados el día de su nacimiento. Los médicos le recetaron pasatiempos. Todos dejaron de surtir efecto al tercer día y, al cuarto, estableció el hábito de buscar uno nuevo que aliviara su desazón. Nunca lo encontró. Ocultó las secuelas de su rostro con maquillaje espeso y las arrugas de aburrimiento de su cuello con bufandas de colores. Los días pares se ponía camisas de lino que apenas le llegaban a la cintura; los que acababan en trece, pantalones de corte chino que doblaba por encima de los tobillos. Siempre creyó que el amor la encontraría algún día, pero este nunca llegó. Murió de rutina. Su alma se agitaba con vida.

Aportación: CanelRolls

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