domingo, 14 de febrero de 2016

Desde que te cruzaste,
no conozco más hogar que tus brazos 
ni otro camino que no sea 
el que me lleve a tu lado.
Es tu voz el viento 
que me agita el pelo,
y son tus ojos de café 
dueños de mis desvelos.
El sol que me despierta 
lleva tu nombre.
No me encuentro las manos 
si las tuyas no las sujetan,
y pierdo el compás de la vida
si no es tu melodía la que me acompaña.
Me queman los labios de las ganas de besarte.
Tengo el corazón en carne viva, rojo y henchido
como la más bonita de las rosas,
por culpa de esto que me recorre cada vez que te tengo cerca.

Aportación:Paula GM 

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