Volviste a dormir
bajo el árbol que te vio nacer.
Dejaste que sus raíces
te envolvieran y acunaran
cantando canciones de soles muertos
y algunas amapolas oyéndoos
se durmieron y dejaron unas ramitas
secas de amor y de vida.
Volviste al árbol
que te hizo crecer a base de hiedra
venenosa o no
tú sobreviviste.
Has enterrado todos tus recuerdos
bajo la capa de musgo que lo cubre
todo,
ahora vives con las uñas ennegrecidas
y con algún rastro de tierra seca
bajo los ojos llorosos
que te trajo la luna el día que germinaste
bajo el árbol al que has vuelto hoy.
No hay comentarios:
Publicar un comentario